Un vagón hermoso en mil macetas


Un vagón hermoso en mil macetas


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" Escribir, actuar, fundar un club, bailar, diseñar ropa o armar una banda, no son tareas fáciles en esta ciudad. No lo son en ninguna parte pero, convengamos, éste parece ser, al menos así se lo percibe, uno de esos lugares en los que nada resulta sencillo. La pregunta es por qué y qué hacer al respecto.
...Mil Macetas conformarían juntas una suerte de laboratorio doméstico, un espacio para intercambios inéditos, para formas experimentales de asociación. Establecer instancias de cooperación entre artistas, trabajadores sociales, intelectuales, curadores, aficionados, docentes, críticos, instituciones públicas y privadas, estudiantes… requeriría, entre otras cosas, de un continuo trabajo de traducción. Supone la labor, compleja pero no necesariamente penosa, de constituir un vocabulario, mínimo y provisorio, que empiece por entender, en un sentido amplio, cultura como la producción colectiva, simbólica y concreta, de lo común. Un común que es un horizonte vivo, móvil, cambiante, receptivo de tensiones, diferencias y conflictos. Un común plural que es siempre un estar haciéndose, nunca dato previo, origen o esencia identitaria. Como quiere un uso crítico de las etimologías, el sentido emancipador de la palabra cultura depende de su permanente cultivo. Dicho de otro modo: Es necesario producir la tierra que pisamos"

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