Muestra de tejidos bolivianos



Veinte tejedoras bolvianas nos reciben en la casa de Natividad. Nos muestran sus tejidos, cuentan sus historias. El saber tejer se transmite de madres a hijas; y sitúa a las mujeres en una categoría diferente del resto.


Dice Fidelina:

" Es una costumbre allá donde yo he vivido, antes de salir a bailar o a las fiestas, la mujer campesina tiene que aprender a tejer, cositas chiquitas, pero con telar. Después así, tenés que ir tejiendo así, primero una cosa más chiquita, después más grande... hay una cosa que se llama aguayo, después vas por una cama... es como una frazada, un acolchado... eso usamos nosotros... tienes que hacer dos, tres, por lo menos. Con dos recién podés salir a bailar. Recién pertenecés bien como la gente, sino hacés esas cosas sos criticada por la misma comunidad.
Claro, sino sabés tejer sos una chica vaga; sin saber hacer las cosas ya fuiste a bailar, fuiste a las fiestas, por ahí ya te conseguiste un novio y todas esas cosas... ya te empiezan a criticar... Entonces por lo tanto pensá que si o si, tenés que tener esas cosas... aprender a tejer, aprender a hacer, y entre esas cocinar, lavar la ropa, atender a tus hermanos.
Mi mamá me enseñó cuando tenía... yo como era tan... quería aprender tan rápido a bailar, empecé a tejer a los trece años, catorce. Eso porque yo ya tenía otras amigas que ya salían a bailar y yo no todavía; pero esas, mis amigas, claro porque ya habían aprendido a tejer... Algunas... algunas no. Entonces mi mamá y mi papá como eran, como respetan tanto la tradición, me decían:

no, vos tenés que aprender a tejer y a hacer las
cosas que tienes que hacer."



del libro "Tejer para bailar"
ediciones de un vagón hermoso

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